Desde la década de los sesenta, sus días han estado llenos de desafíos y conquistas, demostrando que, cuando se trabaja con pasión y corazón, los frutos no solo se ven en los premios y reconocimientos –de los que tiene más de un centenar–, sino también en las vidas transformadas, las comunidades fortalecidas y los sueños cumplidos.
Doña Dorca no es solo una madre ejemplar para sus cuatro hijos profesionales, sino también una madre emocional y espiritual para toda una provincia que la ve como su guía. Es la mujer a la que todos buscan cuando hay decisiones importantes, porque su capacidad de liderazgo, su sabiduría y su corazón abierto la convierten en un pilar insustituible.
Con títulos y especialidades que abarcan la formación docente, el desarrollo social, la investigación científica y la educación vocacional, su influencia se extiende a las aulas, a los talleres rurales y a los proyectos más ambiciosos de desarrollo comunitario. Pero más allá de sus logros académicos y laborales, lo que define a Doña Dorca es su esencia: esa alma resiliente que nunca cede ante las dificultades, esa fuerza incansable que sigue trabajando por los más vulnerables, y esa luz que inspira a todos los que tienen la fortuna de cruzarse en su camino.
Hoy celebro a esta mujer abnegada, resiliente, luchadora. A esta madre, esposa y educadora que nos recuerda que el verdadero éxito no está en lo que acumulamos, sino en lo que entregamos. Gracias, Doña Dorca, por mostrarnos que el amor, cuando se pone en acción, puede cambiar el mundo.
Que tu ejemplo viva por siempre en las generaciones presentes y futuras.
El Portal News RD.
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