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Por: Alfrin Mercedes. |
El crecimiento descontrolado de la inmigración ilegal ha generado preocupaciones legítimas en la población, especialmente en zonas como Friusa, donde han aumentado los problemas de seguridad y convivencia. La marcha, autorizada por el Ministerio de Interior y Policía, no es un acto de discriminación, sino una expresión pacífica del derecho ciudadano a exigir orden y respeto a la soberanía nacional.
Este evento es un llamado a las autoridades para que implementen políticas migratorias eficaces y garanticen la protección de la identidad dominicana. La defensa del país es un deber de todos, y esta marcha representa la voz de un pueblo que exige respeto por sus leyes y su territorio.
Más que una protesta, esta marcha es un recordatorio de que el desarrollo de un país debe basarse en el respeto a sus normas y en la protección de su identidad. Solo a través de políticas migratorias claras y justas se puede garantizar una convivencia armoniosa que beneficie a toda la sociedad.
“La soberanía no se negocia, ni se mendiga; se defiende con convicción y unidad.”
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