Cuando una universidad espera, todo un pueblo se atrasa.

El Portal News RD.

Por Alfrin Báez Mercedes

La educación no debería ser una batalla. Y, sin embargo, en La Romana lo ha sido durante años. Una lucha silenciosa, a veces ignorada, otras desacreditada, por algo tan elemental como estudiar con dignidad.

Hoy, con fuerza y esperanza, respaldamos firmemente la gestión para reubicar el Centro UASD-La Romana en Romana del Oeste. Ya no se trata de un simple reclamo: es una necesidad urgente, una demanda justa del estudiantado.

Ya no hay excusas: solo falta voluntad

Las declaraciones recientes de la gobernadora de La Romana marcaron un punto de inflexión. Su afirmación de que la obra debe concluirse y entregarse a la UASD, junto al informe técnico que descartó cualquier tipo de contaminación del terreno, despeja la neblina de dudas que durante años sirvió de excusa para el estancamiento.

Ya no existen barreras técnicas. Ahora solo queda actuar.

¿Qué mensaje estamos enviando a nuestra juventud?

Pero más allá de los datos y los informes, lo que está en juego es el valor que esta sociedad le da a sus jóvenes.

Cada estudiante que se ve obligado a tomar clases en espacios prestados, pequeños y mal acondicionados, carga no solo el esfuerzo académico, sino también el peso de un sistema que le ha fallado.

Desde una mirada filosófica, ¿qué nos dice este abandono?
¿Qué clase de ciudadanía se construye cuando se normaliza la precariedad educativa?

La educación es, o debería ser, el camino hacia la libertad intelectual, económica y ética. Pero para recorrer ese camino hacen falta pisos firmes, techos seguros y aulas encendidas.